En el artículo anterior dedicado a la seguridad alimentaria, abordábamos cómo el almacenamiento de grano es un factor decisivo, aunque a menudo olvidado, para garantizar la disponibilidad y calidad de los alimentos. Uno de los puntos clave fue el impacto de las pérdidas post-cosecha, especialmente en regiones donde la infraestructura es limitada.
En este nuevo artículo, profundizamos en cómo el buen manejo del grano tras la cosecha y la elección de tecnologías adecuadas de almacenamiento, como los silos metálicos, puede reducir significativamente estas pérdidas y proteger la calidad del grano durante toda su vida útil.
El desafío de conservar el grano tras la cosecha
Una vez cosechado, el grano inicia un proceso natural de respiración que, si no se gestiona correctamente, puede acelerar su deterioro. Este fenómeno genera calor y humedad interna, creando condiciones ideales para hongos, insectos y fermentaciones indeseadas. En cuestión de días, puede verse comprometida no solo la cantidad de grano disponible, sino también su valor nutricional y comercial.
Según la FAO y diversos estudios regionales, las pérdidas post-cosecha pueden llegar hasta el 30–40% en algunas zonas del mundo. Estas pérdidas se clasifican en:
- Cuantitativas: pérdida directa de volumen.
- Cualitativas: pérdida de calidad, seguridad alimentaria o valor de mercado.
Del campo al silo: pasos clave para un almacenamiento eficaz
Un sistema de almacenamiento eficiente empieza incluso antes de que el grano entre al silo. Estas son las fases críticas del proceso post-cosecha y cómo cada una contribuye a minimizar las pérdidas:
1. Recepción y análisis
Antes de la descarga, se deben tomar muestras representativas para analizar el contenido de humedad y temperatura. Estos datos permiten decidir si el grano requiere limpieza, secado u otro tratamiento previo. En esta fase, los sistemas de aspiración , obligatorios en algunos países, mantienen la higiene y evitan acumulaciones de polvo o impurezas, protegiendo a su vez las instalaciones.
2. Limpieza
La eliminación de cuerpos extraños como polvo, paja, piedras o semillas no deseadas es fundamental. Estos residuos pueden:
√ Dificultar un secado uniforme.
√ Obstruir sistemas de ventilación.
√ Actuar como focos de humedad o proliferación microbiana.
Una limpieza eficaz garantiza condiciones homogéneas para las etapas posteriores.
3. Silos pulmón
Cuando la capacidad de limpieza supera a la de secado, los silos pulmón permiten almacenar temporalmente el grano limpio. Diseñados con sistemas de ventilación y extracción, ayudan a prevenir el secado desigual y facilitan un flujo FIFO (first-in, first-out), asegurando una rotación homogénea del grano.
4. Secado
Reducir el contenido de humedad es esencial para frenar fermentaciones y evitar el desarrollo de microorganismos. Algunas recomendaciones clave:
♦ No superar los 43 °C en semillas.
♦ No exceder los 60–65 °C en grano para consumo.
♦ Evitar mezclar grano húmedo con seco.
♦ No reducir más de un 5% de humedad por ciclo.
♦ Permitir reposos de 8–12 horas entre ciclos para estabilizar la humedad interna.
5. Enfriamiento
Este paso es especialmente crítico en regiones cálidas y húmedas, y puede realizarse dentro del silo final o mediante silos de enfriamiento específicos, diseñados para asegurar una temperatura homogénea en toda la masa de grano. Estos sistemas incluyen:
◊ Ventilación de alta eficiencia.
◊ Control automático de temperatura.
◊ Adaptación a climas tropicales donde la ventilación natural es insuficiente.
6. Monitoreo y control
El seguimiento constante es esencial para detectar cualquier anomalía. Un buen sistema de almacenamiento incorpora sensores de temperatura, extractores de aire, rejillas y rutas de ventilación bien distribuidas. Esto permite actuar de forma preventiva y conservar el grano en condiciones óptimas.
Tecnología al servicio de la seguridad alimentaria
En Silos Córdoba, ofrecemos soluciones integrales que abarcan todas estas fases: desde la recepción y limpieza, hasta el secado, enfriamiento y almacenamiento monitorizado. Nuestros sistemas están diseñados para adaptarse a distintos volúmenes, tipos de cereal y condiciones climáticas, y permiten:
√ Minimizar pérdidas post-cosecha.
√ Conservar la calidad y el valor nutricional.
√ Optimizar la logística y la rotación de la cosecha.
√ Reducir desperdicios y emisiones.
En muchas regiones, aún se emplean métodos tradicionales como el almacenamiento en naves, sacos de yute o estructuras no diseñadas para conservar grano durante largos periodos. Aunque accesibles, estas soluciones son vulnerables a pérdidas. La modernización con silos metálicos equipados con ventilación, monitoreo y control térmico representa una inversión estratégica hacia una producción más eficiente, rentable y sostenible.
Cada tonelada bien almacenada es una tonelada salvada
Con una población mundial que se encamina hacia los 10.500 millones de personas en 2050, el reto no es solo producir más, sino conservar mejor. Apostar por un almacenamiento eficiente es invertir en seguridad alimentaria, sostenibilidad y resiliencia.
Desde Silos Córdoba, entendemos que el almacenamiento no es solo una cuestión de infraestructura, sino una parte clave de una estrategia global de seguridad alimentaria. Ayudamos a que cada grano cosechado llegue a su destino con la máxima calidad, reduciendo desperdicios y reforzando la sostenibilidad del sistema agroalimentario mundial.
Porque almacenar bien, es alimentar mejor.
Encontrará más información en nuestra presentación: “Cómo almacenar grano para minimizar pérdidas poscosecha y proteger su calidad.”